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enero 27, 2015

Bendita rutina la nuestra

Bendita rutina. De pensarte desde cada lunes, rutina de añorarte cada día de diario. 
Rutina de sorprenderte, de ratos fugaces en un frío banco, que se vuelve cálido. De besos interminables mientras te devoro con la mente. De no querer separarnos nunca.
Rutina de besos que saben a un 'te amo', y otros que saben a un 'te como'.
Rutina de enamorarme de tu compañía, de querer verte a diario y de soñarte si no lo hago. De mirarte a los ojos y decírtelo todo, sin abrir la boca, solo para besarte.
Rutina de paseos interminables en los que, al final, siempre esperas tu. De pasos con sentido, a los que tu das sentido. 
Rutina de despertarte en mi primer pensamiento. De sacarme la primera sonrisa, y la ultima. 
Bendita rutina la nuestra.

enero 12, 2015

Gracias, mi ángel

''Jamás había sentido nada parecido. En ninguna de sus relaciones anteriores, en ninguno de sus enamoramientos fallidos, con ninguno de sus sueños frustrados, o incluso con los cumplidos. Jamás había tenido esa sensación de sentirse bien consigo mismo. De quererse tanto como quiere a los demás, sobre todo a ella. Jamás. Y que pena, porque es el sentimiento más bonito que ha sentido en su corta vida Es curioso, cuando mejor se siente, más miedo tiene. Miedo a perderlo todo, miedo a perderla a ella, la causante de todo. Miedo a que este momento tan bonito de su vida pueda acabar. No quiere que acabe nunca, y el día en que acabe quiere hacerlo de su mano. Increíble como ella le hizo cambiar. Quién te ha visto y quién te ve, chaval. Tu que odiabas todo lo relacionado con el amor, tu que no querías ver un corazón ni en pintura, tu, que en tus planes de futuro sólo veías un hogar vacío, sí, tu hogar, pero sin compañía. Ahora imaginas un futuro mucho mejor, mucho más completo, una casa llena de enanos correteando y pintando lo que no deberían pintar, una cama de matrimonio en la que no te ibas a ver solo, en la que ibas a tener, cada noche, la mejor compañía.  Cómo está deseando que llegue ese momento, el momento en que la almohada tenga compañía para siempre, pero la suya. Jamás imaginado tan feliz, si,  él, el defensor de la independencia, el de ''las mujeres no son necesarias en mi vida''. Y ahora como ha cambiado todo, se cruzó en su vida la mujer adecuada y en el momento adecuado. Y ahora la añora cada minuto que no pasa a su lado,  pero está feliz, sabe que es querido, lo nota, lo siente, y eso no lo había sentido antes. Cuán feliz es y cuanto lo necesitaba. No le quedan palabras de agradecimiento para ese ángel que le ha cambiado la vida. La mejor manera que conoce para agradecérselo es quererla toda su vida, y él está encantado de hacerlo.''