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abril 13, 2015

Mi tesoro

Si hay algo que tengo claro en esta mi locura de vida es que eres un tesoro, el tesoro de mi vida.
Al conocerte me sentí como un pirata. Un pirata que llevaba años y años navegando en busca de su tesoro, ese tesoro que tanto ansiaba y que tanto se le hacia esperar. Cada puerto en el que embarcaba, cada isla desierta en la que cavaba desesperadamente con la ilusión  de que esta vez si fuera la correcta, le hacia perder poco a poco la esperanza de terminar encontrando su ansiado tesoro. Años y años de larga espera, de larga búsqueda, de errores, de islas repletas de sirenas intentando engatusarle con el sonido de sus cantos, intentando que cayera en sus encantos y reclutarle para siempre en una vida de esclavitud y castigo. Aún así, continuó navegando, aferrándose a ese algo que había dentro de él que le decía que si, que el tesoro existía, que no debía de cesar en su empeño, en su búsqueda. Sin apenas ilusión encontró una isla desierta, un 18 de octubre, medio destrozada ya por otros piratas que habían buscado allí la existencia de algún tesoro, pero que no aprovecharon la oportunidad. El pirata sintió algo muy especial al atracar allí, como si nada mas ver la isla supiera con certeza que allí estaba su tesoro. Fueron días de intensa búsqueda. Siendo ciertos, en ninguna isla había puesto tanto empeño. No cesó en su búsqueda ni de día ni de noche, apenas descansaba para intentar encontrar ese tesoro que estaba seguro que allí se escondía. Cada vez la ilusión se acrecentaba, había cosas en esa isla que le hacían ilusionarse, le hacían creer con más seguridad que si, que estaba allí, que no tenía que darse por vencido. Y no lo hizo, incluso cuando mas en contra se puso la búsqueda, cuando mas arreciaba el temporal en aquella isla, cuando mas lejos veía el tesoro, siguió buscando, porque su corazón le decía que era allí. 
Un 2 de noviembre lo encontró. No lo creía. Allí, en lo alto de una colina a la que ningún otro pirata había llegado antes, se encontraba el tesoro. Era mucho mas bello de lo que se podía haber imaginado en sus sueños, esos sueños que, desde pequeño, le ocupaban las noches, le hacían levantarse con una sonrisa creyendo que algún día conseguiría su tesoro.
Yo, como el pirata, encontré mi tesoro el 2 de noviembre, y no quiero perderlo jamás.

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