Sigue llorando por ella. Parece mentira que la última persona que le quisiera hacer daño en la vida sea quien, con la más mínima discusión, con la más mínima duda de su amor, le haga sentirse el hombre más desdichado de la Tierra.
No está bien. Lleva días sin saber lo que significa estar bien, pese a que las cosas con ella le van cada vez mejor. Estas discusiones tontas le matan, le quiebran el corazón de poco en poco, le provoca un ardor por dentro dificil de explicar. Pero él sabe que es normal, que en las mejores parejas hay discusiones, hay malos momentos. Lo importante es seguir juntos después de los malos momentos, y que los buenos sean más abundantes. Y lo son, de sobra lo son. Lo sabe y le calma. Las fotos juntos, la música que habla de ella sin que los cantautores lo sepan, las cartas escritas en un pasado que siguen emocionando un tiempo más tarde. Todo le calma. Necesita calma, no puede sentirse solo, no quiere sentirse solo, la necesita, solo a ella, a ella más que a nadie, porque es su vida entera.
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